"Los Gigantes": temen por el desembarco del mayor productor mundial de uranio

Nota jueves 24 de julio: El diario de Villa Carlos Paz


La firma CAMECO se instalará en la Argentina para reanudar la explotación uranífera

"Los Gigantes". Temen por el desembarco del mayor productor mundial de uranio.

Villa Carlos Paz.- El establecimiento uranífero "Schlagintweit" ubicado en el macizo "Los Gigantes", y responsable de la mayor contaminación de uranio en cursos de agua dulce de Sudamérica, vuelve a ser hoy el epicentro de una "polémica" en la Provincia de Córdoba. Luego de que se conociese la supuesta intención del empresariado minero cordobés de "reabrir" los yacimientos existentes en la región, el debate se vio "incrementado" con la noticia del desembarco en la Argentina de CAMECO, una empresa que fue calificada como la "mayor productora mundial de uranio".
La política de desarrollo atómico que impulsa el gobierno nacional parece ofrecer una dura "contracara" a todos los cordobeses, quienes ya se encuentran en estado de alerta y movilización para evitar la derogación de la ley que prohíbe la minería en el territorio provincial. La noticia cayó como un "baldazo de agua fría" para las asambleas "Ongamira Despierta", "Punilla Despierta" y "Traslasierra Despierta", entre otras, quienes revelaron que nuestro país vuelve a convertirse en un importante centro de atracción para las empresas multinacionales productoras de uranio.
La causa, según destacan diversos informes privados, es que Argentina posee grandes reservas de este mineral en relación con otras naciones del mundo, incluyendo un área que causa interés al sector privado y que abarca un total de 1,3 millones de kilómetros cuadrados (comprendido entre las provincias de Salta, Córdoba, Mendoza y Chubut). De esta forma, la nación ingresó dentro de los nueve países (Estados Unidos, Rusia, Francia, Alemania, Inglaterra, China, Brasil e Irak) con capacidad tecnológica para enriquecer uranio y conformar el elemento combustible de reactores de potencia e investigación, algo que CAMECO no planea "desaprovechar".
Para ello, se encaró un fuerte "lobby" por parte de los integrantes de la Cámara de Empresarios Mineros de Córdoba (CEMINCOR) y la Asociación de Profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Actividad Nuclear (APCNEAN), que solicitaron al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) que declare "inconstitucional" la Ley N° 9526 (sancionada hace menos de dos años por la Legislatura cordobesa) y mediante la cual se prohíben, en Córdoba, "las actividades mineras riesgosas, como la extracción de uranio".
Este escenario atrajo a CAMECO, que junto con la firma Areva, es uno de los dos mayores productores de uranio del mundo (concentrando el 20% de su producción total en minas ubicadas en Estados Unidos y Canadá), y que ahora apuesta a expandir sus mercados y desembarcará en Sudamérica para explotar yacimientos en las provincias de Neuquén, Chubut y Mendoza (que pertenecen a la compañía Energía Mineral, que vendió el 51% de su paquete accionario a la mencionada firma internacional).

Inversión
Asimismo, CAMECO estimó una inversión superior a los diez millones de dólares para encarar los trabajos en territorio argentino, incluyendo tareas de prospección geológica, geofísica y sísmica en el marco de un plan a cuatro años; donde la empresa apuesta a quedarse con otros yacimientos existentes como "Los Gigantes" (que se compraría para ser utilizado como basurero nuclear).
Y es que, actualmente, sólo en el dique principal (que cuenta con 28.000 metros cuadrados) existen unos 100.000 metros cúbicos de químicos (entre los cuales se incluyen uranio, radio, manganeso, amonio, sulfatos y nitratos, como también muchos otros más), que brindan la "excusa perfecta" para que los inversionistas hablen de una zona "donde el impacto ambiental ya se produjo y donde nuevos elementos no causarían una contaminación sustancialmente mayor".
Sin embargo, en varias oportunidades y ante los peligros que implica la presencia de estos tóxicos en el lugar, desde la CNEA se alertó sobre "la necesidad de disminuir el nivel del embalse que los contiene", dado que el dique no cuenta con mucho margen para acumular más líquidos en condiciones que garanticen "la ausencia de descarga no controlada" sobre los cursos de agua que componen la cuenca del lago San Roque.